miércoles, 24 de octubre de 2007

Ted Grant


LA CONTRIBUCIÓN DE TED GRANT AL MARXISMO

Alan Woods(extracto de documento)

LA CONTRIBUCIÓN DE TED GRANT AL MARXISMO

Alan Woods



Este año Ted Grant celebrará su noventa cumpleaños. Durante toda su vida consciente ha defendido firmemente las ideas del marxismo. Ha mantenido un rumbo firme y nunca, en ningún momento, se ha desviado de esta batalla, ni siquiera ha dudado de la inevitabilidad de la victoria final.

Cuando era joven, en Sudáfrica, Ted se convirtió en marxista y se unió al Partido Comunista. Eran los años en que la burocracia estalinista estaba consolidando su poder en la URSS. Un grupo de militantes del Partido Comunista Sudafricano se opusieron al estalinismo y giraron hacia al trotskismo (bolchevismo-leninismo). Siguiendo el camino de otro hombre extraordinario, Ralph Lee, Ted se unió a la Oposición Internacional de Izquierdas dirigida por el gran revolucionario ruso León Trotsky. Abandonó Sudáfrica para trabajar en el movimiento revolucionario internacional y llegó a Gran Bretaña en los años treinta donde ha vivido desde entonces.

Durante su vida, Ted ha jugado muchos papeles, como ha descrito en su libro Historia del trotskismo británico. Es la personificación del hilo intacto que une a la generación actual con la rica tradición que se remonta a la Oposición de Izquierdas, al Partido Bolchevique de Lenin y Trotsky y mucho antes, a Marx y Engels.

Pero Ted Grant no es sólo un símbolo. Siempre ha jugado un papel muy activo y de dirección en el movimiento, donde no sólo ha defendido las ideas del marxismo, también las ha desarrollado y enriquecido de una forma profunda y creativa. Sus escritos son un rico tesoro de ideas y arrojan luz sobre las cuestiones candentes de nuestra época.

Los escritos de Ted abarcan una enorme variedad de materias, desde el fascismo a la revolución colonial, desde la historia de la Internacional Comunista a la revolución española. La variedad de temas refleja su conocimiento casi enciclopédico de los asuntos mundiales y que ha asombrado a muchos de los que hemos tenido ocasión de discutir con él.

Ted siempre se ha considerado un discípulo fiel de Marx, Engels, Lenin y, por supuesto, de ese gran revolucionario y mártir, León Trotsky, a quien habitualmente hacía referencia como "el viejo". Siempre ha insistido en que los compañeros jóvenes deben estudiar cuidadosamente las obras de los grandes maestros del marxismo, antes de hacer un nuevo análisis de los acontecimientos actuales siempre releía las obras básicas. Sobra decir que de ninguna manera es secundario su detallado conocimiento de todos los aspectos del marxismo.

La importancia de la teoría

Esta actitud rigurosa hacia la teoría siempre ha sido una de las características más destacadas de Ted. A veces resultaba frustrante para los compañeros jóvenes presentar sus artículos a la exigente atención de Ted porque éste siempre fue un perfeccionista y no escatimaba ninguna crítica. Pero así es como él nos entrenaba en la lucha por la teoría marxista y a desarrollar una actitud implacable hacia los principios.

Fue esta actitud implacable hacia la teoría lo que permitió a Ted mantener el rumbo en el difícil período de auge capitalista que siguió a la Segunda Guerra Mundial, cuando las fuerzas del verdadero bolchevismo-leninismo se quedaron aisladas durante todo un período histórico.

Cuando Trotsky fue asesinado en 1940 por un agente estalinista, las fuerzas débiles de la IV Internacional se quedaron sin dirección. Los dirigentes de la Internacional no estaban probados y demostraron una capacidad desigual ante las tareas que les había deparado la historia. Sucumbieron a las presiones y abandonaron las ideas y métodos del Viejo. Pero Ted y sus compañeros de la dirección del PCR británico se mantuvieron firmes.

Los documentos programáticos del PCR en los años cuarenta, prácticamente todos escritos por Ted, demuestran un conocimiento profundo de la nueva situación mundial surgida después de 1945. Estos documentos han pasado la prueba del tiempo y hoy en día los marxistas los pueden leer.

Sin ninguna sombra de duda, se puede decir que de todos los seguidores de Trotsky, sólo Ted comprendió y siguió realmente el método del Viejo. Eso explica por qué la tarea de preservar las ideas, los métodos y las tradiciones del verdadero marxismo recayó sobre Ted. Si no hubiera hecho nada más, sólo esto habría sido suficiente razón para que la generación actual de marxistas le recuerde.

Sin embargo, Ted no sólo preservó las ideas y el método, también los aplicó brillantemente a los acontecimientos que se estaban desarrollando en el mundo. Mientras que otros llamados trotskistas pronosticaban una tercera guerra mundial a la vuelta de la esquina o teorizaban con la imposibilidad de una nueva crisis capitalista, Ted estaba analizando y explicando los nuevos acontecimientos.

Resulta asombroso, por ejemplo, que Ted no sólo pronosticara la victoria de Mao Zedong, también explicó que programa llevaría a cabo Mao, antes de que el propio Mao lo planteara.

Cuando Mao todavía estaba escribiendo sobre el largo período del capitalismo en China, Ted explicó que se vería obligado a nacionalizar los medios de producción y crear un estado a la imagen y semejanza de la Rusia de Stalin. Incluso más asombroso fue cuando Ted predijo que la China de Mao inevitablemente entraría en conflicto con la Rusia estalinista. Hizo esta predicción a finales de los años cuarenta en un documento titulado Respuesta a David James, cuando no había la más mínima señal de conflicto entre Moscú y Pekín.

Para que esta predicción se hiciera realidad en el conflicto chino-soviético tuvo que pasar más de una década. ¿Cómo era posible que Ted anticipara este acontecimiento incluso antes de que Mao llegara al poder? Se basó en lo que había escrito Trotsky en 1928 en las discusiones sobre el Borrador del programa de la Internacional Comunista, cuando Stalin y su (entonces) aliado Bujarin, plantearon por primera vez la teoría antileninista del socialismo en un solo país.

Trotsky, con una asombrosa capacidad de previsión, advirtió a los dirigentes del movimiento comunista internacional que si la Comintern aceptaba esta teoría equivocada, sería el principio de un proceso que inevitablemente llevaría a una degeneración nacional-reformista de todos los partidos comunistas del mundo, estuvieran o no en el poder.

En ese momento los dirigentes de los partidos comunistas ignoraron los avisos de Trotsky. Se consideraban internacionalistas revolucionarios y leninistas. Todos defendían la revolución mundial. ¿Cómo podía degenerar la Internacional Comunista en líneas nacionales-reformistas? ¡La idea simplemente resultaba ridícula!

Un error en la teoría tarde o temprano se manifestará en la práctica en un desastre. Lenin y Trotsky siempre comprendieron eso y Ted siempre ha repetido incansablemente la misma idea. Aquellos dirigentes orgullosos de los partidos comunistas que desdeñaron el buen consejo de Trotsky en 1928, pronto descubrieron que él tenía razón. Con Stalin los partidos comunistas quedaron subordinados a Moscú y tuvieron que poner en práctica la política que interesaba a su política exterior, es decir, la que interesaba a la burocracia soviética.

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